De la impunidad y los discos duros
Cuando el juez Ruz quiso echarles el guante, los señores descarnadamente groseros ya habían dado cuenta de los portátiles y de miles de papeles
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De la impunidad y los discos duros
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Madrid
El resultado de contraponer unos señores muy finos a otros descarnadamente groseros, quedó ayer de manifiesto con esa curiosa absolución al PP por el multiborrado primero, rallado a conciencia después, y desaparición posterior de los discos del ordenador de Luis Bárcenas, aquel señor que un día mandaba lo que no está escrito en las cuentas del PP y hoy vive apaciblemente en Soto del Real, de distinguido vecindario, su ex camarada Rodrigo Rato entre otros.
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¿Y quienes eran los señores muy finos? Pues aquellos jueces y policías que no arramblaron, allá en 2013, con todos los papeles y ordenadores que había en su despacho.
Así que cuando el juez Ruz quiso echarles el guante, los señores descarnadamente groseros ya habían dado cuenta de los portátiles y de miles de papeles. A carcajadas se reían en Génova. De aquellos polvos, pura desvergüenza, estos lodos. Ya nunca sabremos su contenido. Años antes, en 1982, el juez Barbero entró a saco en la sede del PSOE en Ferraz -bien hecho- y se llevó lo que buscaba. ¿Ven ustedes alguna diferencia?