Las bromas, para los amiguetes
¿Y la izquierda? Pues ahí, llevan semanas que si voy que si vengo, que por el camino me entretengo
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Las bromas, para los amiguetes
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Madrid
Hay que ver con qué facilidad firman acuerdos de sangre las derechas y lo difícil que resulta ese mismo trabajo para las izquierdas. El porqué es sencillo: la derecha, una y trina, sabe para qué quiere gobernar. Lo tiene muy claro desde tiempos inmemoriales. Luchan a machetazos por el poder, se traicione lo que se traicione, porque tienen que seguir haciendo ricos a quienes se están llenando los bolsillos con la enseñanza o con la sanidad. A la pasta, que es lo suyo.
¿Y la izquierda? Pues ahí, llevan semanas que si voy que si vengo, que por el camino me entretengo. La defensa de derechos sociales, acabar con la precariedad que está sepultando los sueños de nuestros jóvenes, defender unas pensiones justas y sostenibles, luchar por la verdadera justicia, la distributiva en primer lugar, y otras paparruchas semejantes, deben resultar menos perentorias a Pedro Sánchez o Pablo Iglesias que discutir sobre fórmulas de gobierno.
El presidente ha hecho una oferta: programa común progresista. Iglesias responde con un chascarrillo. ¿Y si dejamos de jugar al gracioso de la asamblea?