El teléfono de la esperanza de la poesía
El número de emergencias poéticas (659 86 10 32) es una línea atendida por voluntarios que contestan las llamadas recitando poemas
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Madrid
Desde abril de 2018 existe una iniciativa llamada "teléfono de emergencias poéticas"; una línea atendida por amantes de la poesía en la que una serie de voluntarios recitan poemas a quien llama. En La Ventana hemos hablado con Edu Bernal, que es uno de los creadores de esta iniciativa que busca reivindicar ya cercar fácilmente la poesía. La idea surgió junto con su socio -que es escritor- y que se plantearon la necesidad de darle a la poesía el lugar que se merece. Al principio contaban con un solo teléfono y ahora tienen varios.
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Teléfono de emergencias poéticas: una línea hecha por y para los amantes de la poesía
Los voluntarios están en distintas zonas del país y no hay unos requisitos concretos para atenderlo; simplemente "que te apetezca recitar poesía cuando llamen al descolgar, y te quieras quedar con el teléfono y cuidar de él una semana", cuenta Bernal.
Tampoco hay unas normas rígidas, aunque sí una serie de recomendaciones; ellos abogan por no interactuar con la persona que llama: "Se entiende que quien llama es porque quiere oír una poesía. La idea es no desvirtuar el recitado. Nosotros recomendamos que no haya interacción, pero cada uno hace lo que quiere". Entre las recomendaciones de los creadores está la de llevar siempre encima un libro de poesía para poder recitarlo y la de no superar los tres minutos de locución.
Tampoco hay un horario oficial como tal, son los voluntarios los que deciden cuando quieren contestar y -en caso de no poder hacerlo o no estar disponibles- salta el contestador que tiene grabado un poema para que nadie se quede sin resolver su 'emergencia poética'.
El perfil del voluntario es muy variado; de gente de 19 años a jubilados. Los hay amantes de la poesía, actores y actrices e incluso poetas. De este último grupo "hay unos cuantos" y aquí tienen la oportunidad de recitar sus propias poesías.
Bernal no tiene el teléfono con él y, por tanto, no se encarga habitualmente de atender las llamadas, aunque "entre voluntario y voluntario hay veces que tengo yo el teléfono" y aprovecha también para recitar poesía; para recitar a su grupo preferido: Manos de topo.
Me gusta oírte roncar y que haya pelo en el aseo
Esperarte en el portal las noches de invierno
Me gusta ir a cenar a tu casa en año nuevo
Bromear con tu papá, poder llamarle suegro