El último dietario de Josep Ramoneda
Josep Ramoneda analiza la situación política tras la investidura fallida de Pedro Sánchez en su último dietario de Hora 25
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Barcelona
Un día después del gran fracaso, el PSOE da por cerrada la vía de la coalición con Podemos. ¿La cierra ahora o no la quiso nunca? Quizás en esta pregunta esté la explicación de la vacilante gestión de la investidura que hizo Sánchez. No quería gobernar con Podemos. No se ha atrevido a jugar sin miedo la carta de un gobierno de izquierdas. Por el rechazo que provocaba en poderosos sectores, por el miedo al conflicto catalán y por la natural tendencia del PSOE a desconfiar de su izquierda. Sánchez sabía que sin Podemos no había investidura y Podemos se ha equivocado al pensar que esto le daba fuerza para subir las exigencias. Sánchez no estaba dispuesto a llegar hasta el final. Podemos no ha estado dispuesto a apoyarle desde fuera. La comedia ha acabado. Es esto lo que nos quería decir Sánchez al afirmar que anteponía sus principios a la investidura. ¿Qué principios? Con el populismo no se gobierna. Sánchez sale tocado. Su perfil de reformador de la socialdemocracia se quiebra. La coalición de izquierdas sigue siendo tabú en España. Queda solo el mito de su capacidad de resistencia. La que le permite regresar después de cada derrota. Y todo apunta a unas elecciones de alto riesgo.
Podemos se ha infligido una nueva autoderrota. Y sigue bajando escalones hacia la marginalidad. Desde 2016, Pablo Iglesias ha errado todas las decisiones estratégicas. La derecha, encuadernada por Vox, no vive su mejor momento. Pero siente alivio por el fracaso de Sánchez que le permite volver a soñar. Moraleja: no es el mejor momento en la clase política española. Y el otoño se anuncia intenso.
En septiembre, Hora 25 cambia de conductora. Este es mi último dietario. Quiero recordar al inolvidable Carlos Llamas con el que empecé junto con José Martí Gómez. Quiero agradecer a Àngels Barceló su hospitalidad durante tanto tiempo. Y a su equipo la complicidad de estos años. Y, por encima de todo, gracias a los que me escucháis. A los que, como me dicen algunos de ustedes, se acuestan con el dietario todas las noches. Les echaré de menos. Que sean felices.