Orgullo de lo que somos
Ya se respira tolerancia en el ambiente. Celebramos con orgullo ser quienes somos.
Marcha Orgullo. / Getty
Madrid
De pequeña era raro explicar lo que se siente cuando te gusta un niño del colegio de enfrente y miras embelesada a una niña de la clase de al lado. De todas las posibilidades, que te gustaran los dos no era buena idea. No lo era porque ni tus padres, ni tu hermana ni nadie en el colegio te habían contado que podías tener las mismas ganas de que te besaran ambos. El niño y la niña.
No sabes ni siquiera si lo que te pasa es que estás tarada. Y, a veces, hasta rezas por que se te pase lo tuyo.
Estos son días en los que, probablemente, alguien dormirá peor por el jaleo en la calle. Días en los que pasear por determinados barrios implique que tus hijos vean hombres semidesnudos o mujeres en tetas reivindicando amar a otras. Pero ojalá estos fueran los únicos inconvenientes que fueras a tener en tu vida educando a tu hijo. Cuerpos desnudos, no hacen daño a nadie y, quizás, a los más pequeños les venga bien saber que, amen a quien amen, nadie podrá humillarlos por ello.
Celebramos tener derechos. Exhibimos amar a quien amemos. Nos mezclamos entre nosotros y nos manifestamos con todos. Nos acompañamos de padres, madres, hijas e hijos. Salimos a la calle a envolvernos en la bandera arcoíris porque cada uno de sus colores nos identifica como lo que somos: lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales. Diversidad de colores y de identidades propias.
Celebramos con orgullo ser quienes somos.
