"Queremos un destino de ocio nocturno controlado, no un destino de excesos"

Madrid

Hoy nos acompaña en La Ventana Matías Vallés, adjunto a la dirección en el Diario de Mallorca, para hablar de un problema que afecta especialmente a las Islas Baleares. Para los jóvenes británicos, el balconing se ha convertido en una especie de “rito de iniciación”. Vallés comenta que incluso periodistas o “altos cargos políticos han participado en lo que es la cara oculta del verano, que los médicos ya llaman endémica”.

La mayoría de los casos de heridos por esta práctica habían consumido drogas o alcohol. Desde que se montan en el avión los veraneantes empiezan a beber. Como consecuencia de todo esto, la imagen turística de las zonas costeras de Mallorca, en especial Magaluf, se ve gravemente afectada. Además, servicios como el de urgencias hospitalarias resultan perjudicados, pues cada verano se producen más de mil comas etílicos.

Para combatir este tipo de ocio de excesos han surgido iniciativas como la Asociación Ciudadana Ciutat de S’Arsenal, cuyo presidente, Biel Barceló, afirma que “es un problema que se tiene que atacar de raíz”. Los diferentes sectores empresariales se suman a esta opinión, porque, como indica Barceló, estas zonas tienen “potencial para atraer otros turistas menos conflictivos”.

“Lo que queremos es un destino de ocio nocturno pero controlado, no un destino de excesos” declara el alcalde de Calviá, Alfonso Rodríguez Badal. También añade que están constantemente “reclamando una regulación que permita un control de esas ofertas agresivas de alcohol”. Tiene que ser el gobierno autonómico el que legisle este tipo de turismo para modificar el modelo actual. Mientras, Rodríguez Badal concluye que “desde el ámbito municipal seguimos trabajando” porque “tenemos que erradicar el problema”.