Tras las municipales
Los pactos han dado lugar a combinaciones inesperadas aunque irreprochablemente democráticas y han engrosado las filas de los que creemos que convendría estudiar la fórmula de una segunda vuelta
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undefinedVÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
¿De verdad que es esto lo que hemos votado?, debieron preguntarse muchos españoles al ver de que forman se constituían algunos municipios. Los pactos han dado lugar a combinaciones inesperadas aunque irreprochablemente democráticas y han engrosado las filas de los que creemos que convendría estudiar la fórmula de una segunda vuelta. Pero sobre todo han servido para confirmar que PP, Cs y Vox, las tres carabelas de Colón, navegan juntas y con velas desplegadas provocando algunas maniobras desconcertantes.
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Los de Albert Rivera entregan Madrid al PP y salvan de un colosal naufragio al que presuntamente querían derrotar mientras que los populares blanquean a su escisión, a Vox, y le ayudan a consolidarse. A primera vista se diría que el PP y Vox sí rentabilizan esta alianza, pero Ciudadanos qué saca en limpio. Todo el mundo trata de adivinarlo. Ayer ‘Le Monde’ se preguntaba qué ganaba coqueteando a hurtadillas con la extrema derecha, absurdamente a escondidas. Y lo peor es lo que viene. No ya una investidura azarosa sino una legislatura a rastras. Los que pedían un cuatrienio estable pueden empezar a olvidarlo porque los zapadores, los encargados de construir los puentes, se han convertido en dinamiteros.