De qué no puedes hablar si me quieres meter mano
Dice la Tana que no, que a ella es mejor no tocarle mucho los bemoles...

Pareja peleada / GETTY

Anda que no sería precioso que fuéramos capaces de zanjar nuestras disputas echando
un buen polvo. Sería mucho más económico, infinitamente menos doloroso y
permítanme que crea que sería hasta narcótico.
Que en mitad de una pelea, de esas salvajes, pudiéramos mirarnos a la cara, darnos
cuenta de lo mucho que nos gustamos.... y nos lanzáramos en picado a
desnudarnos.
Quizás así se salvarían matrimonios.
Lástima que no sea un contrato lo que más me preocupa, a mis años.
De mi historia de amor, después de tantos años, solo se salva la complicidad. Esa
que hace que a pesar de la bronca, a pesar de que llevo dos días sin querer
cruzarme por el pasillo, a pesar de que me tienes harta de meterte con los míos
sin admitir los tuyos, la complicidad hace que no me parezca suficiente para
reventarlo.No quiero ser ni una sufrida ni tampoco consentirte.
Una relación se cimenta, entre otras cosas, porque sabes de qué no puedes hablar
conmigo si pretendes que quiera meterte mano.
Lo de la torpeza ya no cuela. Lo del género masculino, lo reventamos hace rato.
No sé enterrar el hacha de guerra con un buen polvo. Me cuesta siquiera afirmar
que no quiera ver sangre.
Ni todo ese sexo tan sucio que hago contigo te va a salvar de mi cabreo.
Parece mentira que aún no te hayas dado cuenta de que para follarme más te vale
ganártelo primero.