Florencio Alonso: "Cuando estás en Chernóbil, te das cuenta del ocultismo que tiene el gobierno comunista"

Madrid

A la 1:23 de la mañana del 26 de abril de 1986, a 3 kilómetros de la localidad de Prípiat, en la actual Ucrania, el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó. Murieron inmediatamente 2 empleados de la planta, y 29 más en los tres meses siguientes, como consecuencia de los altísimos niveles de radiación. Pero eso tardó mucho tiempo en saberse.

El cierre definitivo de la central no se produjo hasta diciembre del año 2000, y lo financió la comunidad internacional. Lo que sí se construyó inmediatamente fue un sarcófago donde encerrar el reactor explosionado. Pero la naturaleza fue degradando el primer sarcófago, y en 2016 hubo que constuir otro.

Florencio Alonso, uno de los gruistas vallisoletanos que pasó 155 días en la frontera entre Bielorrusia y Ucrania construyendo el sarcófago donde los residuos nucleares de Chernobil quedarán encerrados durante un siglo. Afortunadamente la verdad de lo que sucedió allí se ha ido filtrando: la losa que construyeron las autoridades soviéticas sobre la verdad no fue tan pesada como la que la comunidad internacional ha construido sobre las ruinas del reactor 4.