¿Contenedor para las malas costumbres?
Apenas un 12% de los recursos para fabricar nuevos productos provienen de material reciclado
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¿Contenedor para las malas costumbres?
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Madrid
Es muy difícil reciclar los datos del reciclaje. Según como uno se levante ve la botella medio llena o medio vacía. El reciclaje de envases marcó un récord en nuestro país el último año. Bien. El de papel aumentó casi un 13 por ciento. Bien. Y abriendo el foco, según Eurostat, Europa recicla el 55% de los residuos tratados, estupendo, pero apenas un 12% de los recursos para fabricar nuevos productos provienen de material reciclado.
Cuando uno escucha los árboles salvados, la energía ahorrada, las partículas no emitidas gracias al reciclaje, se alegra. Pero cuando piensa en los árboles destrozados, la energía malgastada y la mierda que echamos al aire que respiramos, se pone a temblar. Pertenecemos a una generación que recibimos lo desechable como signo de modernidad, y ahora, posmodernos, no sabemos qué hacer con tanto desecho. Es la esquizofrenia que hace que el impecable reciclador casero vaya sembrando después el asfalto de colillas y las playas de botellas de plástico. La misma del gran almacén que te da en una bolsa de papel un pequeño perfume embalado en siete capas de plásticos y cartón. Y de momento no hay contenedor para reciclar las malas costumbres.