La peor venta de la historia
Lo peor de hacer una mala venta es cuando no tienes ni la más ligera idea del valor de lo que estás vendiendo. Eso que vendes por siete euros un retrato que tenía tu abuela en casa y resulta ser un cuadro perdido de Goya. Pero hay algo incluso peor que eso: vender mal algo sin ni siquiera ser consciente de estar efectuando una venta

Peter Minuit durante la fraudulenta compra de Manhattan / GETTY IMAGES

España
Uno de los ejemplos más notorios es el que nos ocupa hoy, una venta que tuvo lugar el 7 de mayo de 1626, pero con solo una de las dos partes siendo consciente de lo que estaba haciendo. El comprador era un tal Peter Minuit, de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales. Los supuestos vendedores, unos nativos americanos.
La peor venta de la historia
02:06
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Según la única crónica que tenemos de los hechos, que es la de los europeos, Minuit los convenció para que le vendieran la isla de Manhattan. Según la leyenda, a cambio les dio cuentas de cristal por valor de unos 60 guilders. Vamos, que les cambió gran parte de lo que es ahora Nueva York por unas canicas. El detalle está en que los nativos americanos no entendían que la tierra fuese propiedad de nadie, y probablemente creían que ese señor les daba los cristales como muestra de buena voluntad y amistad.
Nada más lejos de la verdad, evidentemente. Ese día se escribió una etapa más en la destrucción de la cultura autóctona y la apropiación por parte de los europeos de unas tierras que hasta ese momento no habían sido de nadie.