Los derrotados bajan el tono

Madrid

Un moderado Pablo Casado se ha reunido hoy en Moncloa con el presidente en funciones, Pedro Sánchez. Era el primer convocado de los tres líderes de los partidos de la oposición convocados por Sánchez, y con el orden de la convocatoria el presidente en funciones mandaba la señal de a quién considera líder de la oposición.

Y Casado ha salido de la reunión manteniendo su oposición a un gobierno de Pedro Sánchez, pero trasladándole la presión a Albert Rivera. Viene a decir Casado que Ciudadanos debería sacrificarse para impedir un gobierno con los independentistas. Él se aparta y responsabiliza a Rivera si no hay estabilidad. La guerra entre los dos, que se inició, sobre todo, en el segundo debate, se agudiza. Si Rivera permitiera el Gobierno de Sánchez, Casado ya tendría hecha la campaña contra Ciudadanos.

Pero todo parece poco probable. El cordón sanitario que le puso Rivera al PSOE parece firme, pero, sobre todo, lo que parece poco probable es que nadie manifieste sus intenciones definitivas en plena campaña para las elecciones municipales, autonómicas y europeas.

Algunos como Podemos, están todavía analizando sus resultados de las generales. Pablo Iglesias lo ha hecho hoy frente al Consejo Ciudadano y, mientras, la semana pasada, decía que se iba a pensar lo de ir a la reunión con Sánchez. En campaña los gestos también tienen su importancia.

Así hasta después del 26 va a ser difícil que podamos ni siquiera imaginar cómo va a ser la investidura. El 27, dependiendo de los resultados, ya veremos. De momento el efecto de los resultados de las generales se nota en el tono de los derrotados.

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