Perdedor, Casado
Era su gran ocasión para remontar y afianzarse frente al presidente del Gobierno, para ganarle, y no logró ni lo uno ni lo otro
El debate tuvo un perdedor por todos los ángulos: Pablo Casado. Era su gran ocasión para remontar y afianzarse frente al presidente del Gobierno, para ganarle, y no logró ni lo uno ni lo otro. Llevaba ventaja teórica como polemista y no supo acreditarla. Tenía que demostrar superioridad de liderazgo sobre su compañero y rival en el bloque de las derechas, Albert Rivera, y este demostró mayor agilidad y altura.
Y encima, miraba al techo.
Pedro Sánchez le vapuleó en la corrupción, recordando que cada piso de la sede del PP en la calle Génova es un departamento de la misma. Le dejó sin habla cuando cuantificó en 18.000 millones, la misma cantidad que el déficit de la Seguridad Social, lo que suponen las rebajas fiscales de la derecha: ¡y ese era su tema fuerte! Pero por si aún aleteaba, Rivera desacreditó también sus rebajas fiscales, recordando que el Gobierno de Rajoy y Montoro practicaron los mayores aumentos históricos del IRPF y del IVA. Además, el de Ciudadanos le arrebató la iniciativas en todos los asuntos comunes del bloque de derechas. Y cuando Sánchez salió en defensa de la mujer y de que su silencio ante la violación es un no a la misma, ya no supo decir nada. Ni siquiera silabeó cuando el socialista le recordó que su partido ha firmado 127 mociones con Bildu, por aquello de tener las manos manchadas de sangre.
El fiasco de anoche no se arregla ni con un buen máster.
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...