Anoche fue el de tanteo
Si alguien cree que el debate puede mover votos de bloque a bloque, va aviado
Si es difícil elegir ganador en un debate a cuatro, aún lo es más cuando se trató del primer asalto, un ensayo con todo, a la espera del debate de hoy, que por ser el definitivo será la laca que fije el último recuerdo en el votante. Pero ya se entiende que ustedes querrán que el Ojo descienda al barro. Allá vamos. Rivera lo tiene claro: estas elecciones son para decir sí o no a España. Eso, por las claras, y más sutil, que ha entendido que a quien puede disputarle el trono es a Casado, el de la derecha, se entiende, porque el del país ya se lo ha cedido a Sánchez. Casado, por su parte, eligió su estilo habitual de opositor a notarías, y se deleitó en su dominio de la memoria, aunque eso sí, le importa una higa decir mentiras o exageraciones como puños. ¿Qué tal esa de que Sánchez llama todos los días a Otegi para consultarle los decretos? Bien Iglesias, cansino con la Constitución, pero efectivo. Sánchez, ahí, sobrevolando, que para eso va de mandón según las encuestas. Dos apuntes: Rivera y Casado huyeron de Vox, su aliado imprescindible, como de la peste, mientras Sánchez lo introdujo a capón. Y si alguien cree que el debate puede mover votos de bloque a bloque, va aviado. ¿Quizá entre Casado y Rivera? Hoy, más.