¿Por qué no publicar encuestas?
Si la herramienta puede servir para que los votantes, junto a otros criterios, puedan configurar su decisión final, no se entiende su prohibición cuando aún estamos a mitad de campaña
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¿Por qué no publicar encuestas?
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Madrid
Desde hoy, los medios de comunicación no pueden publicar encuestas electorales. Es una de esas normas, junto a la jornada de reflexión, que rigen la liturgia electoral en el siglo XXI con criterios del siglo pasado. Cabría preguntarse si estos sondeos son instrumentos que ayudan a los ciudadanos indecisos, sean muchos o pocos, a determinar su voto. Si la respuesta es negativa, deberíamos ahorrarnos esfuerzos en hacerlas y analizarlas con pormenor dada su inutilidad.
Pero si la herramienta puede servir para que los votantes, junto a otros criterios, puedan configurar su decisión final, no se entiende su prohibición cuando aún estamos a mitad de campaña. Es, además, una antigualla que casa mal con un mundo global incapaz de impedir que sondeos publicados al otro lado de la frontera lleguen a nuestras pantallas a través de internet. Y parece poco democrático que los partidos puedan seguir testando la opinión de los votantes en sondeos internos mientras al resto de los ciudadanos nos está vedado su conocimiento. Como si fuéramos menores de edad…