VOX sigue sumando militares
¿Qué objetivo político tiene un grupo parlamentario formado mayoritariamente por militares? ¿Rompe o no rompe esto el consenso del 78?
Dos partidos llevan 24 horas monopolizando las conversación pública en España. Uno es Vox, un partido ultranacionalista español, de extrema derecha, extraparlamentario, del que lo único tangible es que ha tenido 400.000 votos en Andalucía y que nos dicen que va bien en las encuestas; y el otro es un partido nacionalista, catalán, refundado por problemas de corrupción y roto en mil pedazos, son los posconvergentes de Puigdemont.
Claro que este último co-gobierna nada menos que Cataluña. Y hoy sabemos que su máximo representante institucional, Quim Torra, ocultó que hace una semana el defensor del pueblo catalán ya le recomendó quitar lazos y esteladas de los edificios públicos durante la campaña electoral como le pedía la Junt Electoral. Así que semana perdida en ruido, en jugar al ratón al gato. Hoy se supone que retira la propaganda partidista -todavía no lo ha hecho-, pero ya sabemos que planea colgar un símbolo alternativo. La línea entre la épica y el rídiculo es muy delgada.
Y sobre Vox, dos cosas. La primera, las propuestas disparatadas, como la de armar a los españoles como a los estadounidenses, para que se hable de ellos y le hagamos la campaña gratis. Pero la segunda es mucho mucho más inquietante, Vox sigue sumando militares como cabezas de lista para las elecciones. El último, un general en la reserva del Ejército de Tierra y están en negociaciones con un coronel formado en la Legión. Y van seis.
Si las encuestas aciertan y entran en el Congreso, ¿qué objetivo político tiene un grupo parlamentario formado mayoritariamente por militares? ¿Rompe o no rompe esto el consenso del 78?