El español que no perdió el este

Madrid

Este pasado viernes se estrenaba la película 'Perdiendo el este', secuela de la estrenada en 2015, 'Perdiendo el norte', que relataba la experiencia de la emigración en Berlín. El peso de la historia recae ahora sobre Braulio, que en la anterior película era el mejor amigo del protagonista, que se va en busca de la fortuna al Lejano Oriente para perderse más que nunca. La cultura, el idioma, la gente, la comida, las costumbres distintas crean un mundo de distancias. Braulio vive una serie de desventuras hasta que llega a su vida el amor de Xiao.

Esta historia, además de ser la segunda más vista este fin de semana, se  ha encontrado esta tarde con Fausto Aguilera, un español con una historia muy similar que hace más de seis años que llegó a China. Inicialmente su viaje era para unas prácticas de tres meses, allí se enamoró de una chica china y en su vuelta a España, con la situación laboral inestable, decidió volverse para probar oportunidad allí. A día de hoy reconoce que "cada día me gusta más vivir aquí, para volver a España aún queda mucho".

La ciudad en la que vive, Cantón en español, tiene unos 17 millones de habitantes y, según cuenta Fausto, con un ritmo trepidante está abierta a todas horas, pero él ya está muy adaptado a esa nueva vida.

Ahora tiene una academia de español que se llama Lola, en honor a su madre y por facilidad en la dicción para sus estudiantes chinos, y se ve en un futuro hasta jubilándose en el país oriental. Nos ha contado que para ellos es más difícil hablar y entender el español y para nosotros escribir en chino, "yo aún no escribo y leer me cuesta", ha añadido.