Acumulación de gases
Madrid
No sé si les pasa a ustedes pero yo llevo tal empanada mental con todo lo que está sucediendo, con tanto grito, con tanta bandera y con tanta cosa que si los presupuestos, que si el juicio del “procés”, que si Pedro Sánchez es un okupa, que si pablo casado es de la edad media, que si habrá elecciones pronto o habrá elecciones tarde. Yo llevo tal empanada que hoy me he sorprendido buscando alguna palabra, algún concepto que sirva para definir en qué se ha convertido ahora mismo la política española.
Y como casi todo es tan volátil, de tan poco cuajo y va cambiando tanto, he indagado en la definición de “materia gaseosa”, o “estado gaseoso”, y dice así, yo creo que le pega bastante; dice: “moléculas no unidas (esto creo que está fuera de toda duda) moléculas no unidas, expandidas y con poca fuerza de atracción, lo que hace que los gases no tengan volumen ni forma definida; y se expandan libremente hasta llenar el recipiente que les contiene”.
El recipiente somos todos nosotros, claro; y nuestra paciencia, que yo diría que está a punto de rebosar. Pero sí, creo que definir el actual momento político como gaseoso es bastante preciso. Aunque, ¡cuidado! Que eso no significa exento de peligros. El filósofo y sociólogo, Zygmunt Bauman, acuñó el término de “modernidad líquida”, pero de los gases no dijo nada. Y los gases, cuando están comprimidos como es el caso del actual momento político, pueden ser inertes, o sea que podríamos seguir así “per in secula, seculorum”, pero también pueden ser: inflamables, oxidantes o tóxicos. Y a mí, sinceramente, no me mola ninguno de los tres.
La opinión de Carles Francino | Acumulación de gases
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