Reinar en apellidos

Madrid

Si os pidiera que me hicierais una lista de las mujeres más poderosas del mundo, es probable que entre ellas encontráramos a la reina Isabel II de Inglaterra. Pero si os pensáis que esto le hace tener la última palabra en su casa, estáis equivocados.

Hoy vamos a recordar un capítulo bastante patético para Felipe, el marido de la reina Isabel II y duque de Edimburgo, y sobre todo, bastante doloroso para ella misma. Porque el 8 de febrero de 1960, hace 59 años, la reina anunció que iba a haber un cambio en el apellido oficial de sus hijos. Según se supo después, su marido llevaba ya años quejándose con el tema, llorando por las esquinas, diciéndole a su mujer que era el único hombre del reino que no tenía derecho a estampar su apellido en sus retoños. El hecho de que sus hijos debieran todo su futuro estatus a su madre parece ser que no le parecía un argumento de suficiente peso. Recordemos, a todo esto, que los británicos en principio tienen un solo apellido.

No sabemos exactamente que método de coacción utilizó Felipe, pero lo cierto es que la reina anunció ese 8 de febrero que sus hijos pasarían a llamarse Mountbatten-Windsor, y no sólo Windsor. Lo cierto es que lo han aplicado de forma algo errática, pero al menos ese día el duque de Edimburgo se fue a dormir satisfecho.

El consuelo que podéis sacar del mal día que pasó Isabel es que ahora en el Reino Unido las mujeres pueden pedir que sus hijas e hijos lleven su apellido. No os sorprenderá saber que pocas lo consiguen.