Casado, más de lo mismo
Mientras la derecha de toda la vida, ese partido cuajado por sus muchos años de gobierno, se reafirmaba en su papel de gran timonel de todo el espectro, la izquierda suspiraba por los rincones
Fin de semana interesante. Mientras la derecha de toda la vida, ese partido cuajado por sus muchos años de gobierno, se reafirmaba en su papel de gran timonel de todo el espectro, la izquierda suspiraba por los rincones, subyugada por la pelea a garrotazos en mitad de la niebla de Iglesias y Errejón.
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Ha vuelto Casado a los modos de Aznar más que a las políticas de Aznar. Porque solo los más ingenuos, o los más miopes, son capaces de captar qué diferencias hay en las medidas económicas, por ejemplo, de unos tiempos y otros, que el PP siempre ha tenido claro lo fundamental: el neoliberalismo es nuestro dios y aquí se hace lo que sea para conservar los privilegios de los que más tienen, grite quien grite. ¿O es que acaso ven ustedes grandes diferencias entre las políticas económicas de Rato y Guindos? Y en materia de impuestos, ¿qué diferencia va a haber entre el primer Montoro y el segundo Montoro? Así que lo de Casado es puro teatro, ferocidad discursiva para los tiempos de Trump, ahora algo tocados por la competencia de Ciudadanos y Vox, pero en el fondo más de lo mismo, que es de donde nunca se ha movido la derecha patria, del escenario más retrógrado de toda Europa. Ahí sí que son campeones.
¿Y la izquierda? Muy bien, gracias, luchando por empeorar.