Si Dios existe, de qué trabaja
Si la mala suerte de la familia de Julen ha sido increíble, también merece que la buena lo sea
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Si Dios existe, de qué trabaja
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Ayer noche, en el barrio de El Palo en Malaga, prácticamente frente a la playa, una amiga de la familia de Julen me señalaba el lugar en el que perdieron a su otro hijo, el mayor, Oliver: se cayó y se pegó un fuerte golpe en la cabeza. Y me decía: cuántas posibilidades hay de que pierdas así a un niño de tres años. Pocas, muy poquitas. Cuántas posibilidades hay, entonces, de que le ocurra un accidente así a tu otro hijo, con dos años. No sólo. Ahora estaba escuchando a Aimar la entrevista que le hicieron al padre en Sur. Estaba tapado por unas piedras y la que pisó él, cedió. Por ese agujero prácticamente sólo cabe él o un bebé. En un terreno del que dicen los geólogos que es dificilísimo. En una zona inaccesible para maquinaria pesada, una zona muy concreta en la que está resultando dificilísimo trabajar. Y el hecho de que haya tan pocas posibilidades de que a una familia le pueda pasar algo así, y le pase, es el que me hace pensar que, si pasa en la mala suerte lo imposible, también puede pasar en la buena.
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Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...