Qué duro es resistir
Además de explicar que las acciones eran una pequeña parte de las que poseía, las correspondientes a su ex esposa, Borrell confesó que había sido un error
Madrid
Seguramente habrá sido difícil para Josep Borrell tomar la decisión de no dimitir de su cargo si es esa la última determinación que ha tomado el titular de Exteriores, pero algo debemos agradecerle los ciudadanos, y es la mucha información que el propio Borrell facilitó sobre el caso de la venta de acciones de Abengoa y la información privilegiada que poseía como consejero en su comparecencia de hace más de un mes en el Congreso de los Diputados. Ya entonces, además de explicar que las acciones eran una pequeña parte de las que poseía, las correspondientes a su ex esposa, Borrell confesó que había sido un error.
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Por eso enfada tanto la actitud del líder del PP, del pimpollo Pablo Casado, o la de Inés Arrimadas, de Ciudadanos, haciéndose de nuevas de algo que ya explicó el interesado con bastantes pelos y señales. Tiene que acudir al Parlamento o sería gravísimo que hubiera mentido son dos grandes basuras lanzadas por la oposición a sabiendas de la estupidez de sus propias palabras. Ya compareció, como Casado sabe perfectamente, y no mintió, como conoce la ciudadana Arrimadas. Pablo Iglesias, por su parte, se limita a acumular otra cruz en la pizarra para afear a Sánchez por si al final de la vaina le interesa romper los acuerdos. Siempre es bueno tener abundante munición. Qué duro es resistir, dirá Sánchez.