La vaca y la sociedad responsable
La democracia directa implica una sociedad más responsable que asume unas decisiones que, de otra manera, rechazaría, incluso de manera violenta, como imposiciones
Una vaca en el prado en Algetshausen, Suiza / GIAN EHRENZELLER (EFE)
Madrid
La vaca suiza se quedará sin cuernos y los británicos se irán de la Unión Europea. Dos decisiones adoptadas en sendos referendos que, si bien no son comparables en su magnitud, lo son en cuanto ejercicio de democracia directa. Los suizos, más entrenados que los británicos en este tipo de consulta han sabido preservar sus intereses económicos frente a los patrióticos. Al mismo tiempo, han rechazado que el derecho de su país prevaleciese sobre el internacional.
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Siempre parece mejor consultar. En París, los ciudadanos han expresado su malestar de manera violenta. El cambio climático no justifica, a su juicio, una subida de impuestos de los carburantes que perjudica a los sectores sociales que aún no se han recuperado de la crisis.
Este desasosiego social se va a manifestar en la próxima consulta europea: las elecciones de mayo al Parlamento Europeo. Los verdes alemanes quieren exportar su modelo a Europa y el exministro de Economía griego, Yanis Varoufakis, anuncia que se presenta por la izquierda alternativa en Alemania.
Esperemos que, como en Suiza, no les acaben afeitando.
