Ojo de halcón, lengua de serpiente
El tiempo político exige fe en aquello que ya sabemos que existe
Ojo de halcón, lengua de serpiente
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La revisión a cámara lenta de la salida de los diputados de ERC del Congreso bajo la acusación de Borrell de haber sido escupido permite observar varias cosas fascinantes. La primera de todas es que parece que no ocurre nada, que no hay escupitajo, y esto es muy impactante porque la reacción de Borrell lo contradice. Pero hay algo más delicado que nos ha ocurrido a muchos al ver la repetición: queríamos que el diputado de ERC le hubiese escupido a Borrell. Para salvar a Borrell. Como cuando tu hijo te dice que un amigo le ha pegado, el amigo dice que no y tú piensas: "Ojalá le haya pegado". Porque entre el dolor y la verdad, prefieres la verdad. Porque Borrell para muchos representa una vieja y casi olvidada altura política y porque esa frase de "estiercol y serrín" va a perseguir a Rufián su vida política, Borrell tuvo que haber sido escupido. Pero no lo vieron ni los compañeros que estaban a su lado. Borrell probablemente era en ese momento un hombre alterado. Y yo entiendo a los que ven un escupitajo o su escenificación incluso sin conseguir verlo con sus propios ojos, como Groucho Marx, porque el tiempo político exige fe en aquello que sabemos que existe. Yo no consigo ver nada, y al mismo tiempo he visto suficiente: un país que hace llorar a Ana Pastor es un país que ha tocado fondo.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...