El insulto es un lugar común

Madrid

El insulto es ahora un lugar común. Quien no insulta parece que no está hablando. Estados Unidos, donde estoy, sufre la institucionalización del insulto y protesta por ello en las calles, parece que infructuosamente, pues Trump sigue su guión acelerado. En España tenemos raciones diarias de esta diarrea y ahora hemos visto que en Andalucía cualquier cosa vale para llenar de suciedad una campaña que se promete insultona y falaz. Insultar es un hábito de las cloacas del alma, y en ese lugar terrible nos meten la ignorancia y la mala fe.