Creer que vas vestido para matar pero vas vestido para morir
Hoy puede que tengas que afrontar dificultades para los que no estás preparado. Pero al menos es improbable que tengas que enfrentarte a una lluvia de flechas mientras vas enlatado encima de un caballo
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Unos arqueros ingleses en la reconstrucción que se hizo de la batalla de Azincourt en 1957 / GETTY IMAGES
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Una de las lecciones más recurrentes de la historia es que no hay nada como confiarse para salir escaldado. Eres el Real Madrid, sales a jugar un partido de dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Alcorcón, confiado en que uno de tus jugadores vale más que toda su plantilla y… te meten un 4-0 y te eliminan. El episodio que recordamos hoy sería el equivalente medieval al Alcorconazo. Porque tal día como hoy, un 25 de octubre de 1415, se enfrentaron dos equipos, digo ejércitos, en unas condiciones que parecían favorecer a uno de ellos.
En esta batalla, encuadrada dentro de la Guerra de los Cien Años, encontramos por un lado a Inglaterra, con un ejército de unos seis mil soldados, y por otro, a Francia, que tenía uno que era entre dos y seis veces más grande. Sí, los cronistas medievales tenían la misma habilidad contando soldados que la de los periódicos actuales contando manifestantes.
Francia además jugaba en casa, en Azincourt, y los ingleses debían estar ya algo cansados de jugar en terreno contrario, porque toda la Guerra de los Cien Años se había desarrollado en campo francés. Los franceses, conscientes de su superioridad numérica y sabiendo que el rey inglés, Enrique V, estaba al mando de sus tropas, veían cercano el fin de la guerra.
La flor y nata de la caballería francesa, que no quería perderse este evento crucial, fue al campo con sus mejores armaduras, dispuestos a entrar relucientes en los libros de historia. Y ese fue justamente uno de sus errores cruciales. Los ingleses habían desarrollado un arco largo que les permitía decimar a sus oponentes a una gran distancia. Y eso fue lo que hicieron con los nobles franceses. De la victoria segura pasaron a una derrota aplastante. Murieron más de seis mil franceses por apenas un centenar de ingleses, y a punto estuvo de significar que Francia pasara a ser parte de la corona inglesa.
La moraleja de la historia es evidente: no por llevar tus mejores galas, vas a triunfar en la vida.
si te has quedado con ganas de más