Si hay que ir, se va...
Torra que más que como presidente de la Generalitat - es decir de todos los catalanes- actúa como encargado de una franquicia del fugitivo de Waterloo, es un bombero-pirómano del que es imposible fiarse
Madrid
Si hay que ir, se va... pero ir “pá ná”, es tontería. Lo mismo que José Mota ha debido pensar Pedro Sánchez tras recibir la carta de Torra invitándole al Palau y de escuchar las sabias y experimentadas opiniones de Felipe González, que se preguntaba hace un par de días en Zaragoza si servía de algo dialogar con quien no tiene la más mínima intención de bajarse del burro de autodeterminación, o nada.
Torra que más que como presidente de la Generalitat - es decir de todos los catalanes- actúa como encargado de una franquicia del fugitivo de Waterloo, es un bombero-pirómano del que es imposible fiarse. Ni siquiera se fían ya sus compañeros de ese viaje a ninguna parte que se inició hace un año con aquel simulacro de referendum que el gobierno de Rajoy fue incapaz de impedir. Rajoy fracasó, y Sánchez tendrá que medir mucho cada paso que da, y sus ministras y ministros la cosas que dicen, si no quiere que la nueva operación diálogo termine aún peor que la anterior.