Cómo comprar más barato y de forma sostenible
Entrevista a Félix Martín, secretario general de Hispacoop; y a Miquel Ángel Oliva, director de Abacus cooperativa
Madrid
Los consumidores han conseguido ahorrar más de 300 millones de ahorro comprando a través de las cooperativas. La actividad de las mismas abarca la alimentación e iniciativas ecológicas, pero también la energía, la cultura, la educación o la tecnología. En el pasado SER Consumidor entrevistamos a dos expertos en la materia.
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Félix Martín, secretario general de Hispacoop, Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, explicaba de este modo en qué consisten las cooperativas de consumo: “Son asociaciones de personas, de consumidores, que se unen para conseguir bienes y servicios en mejores condiciones de calidad y precio que ofrece el mercado. Los propietarios de una cooperativa de consumo son los propios consumidores. Al final, parte de esos beneficios, que en las cooperativas los llamamos excedentes, se reparten a los socios consumidores en diferentes formas, principalmente en dos: en la reducción del precio a los socios cuando vamos a comprar y mediante una devolución al final del ejercicio, como si fuéramos una empresa normal. Además, se dedican parte de esos excedentes a hacer campañas de información y de formación a los consumidores”.
¿Y qué hay que hacer para ser socios? Según Martín, “depende de la cooperativa y al sector al que esté dedicada. Hay cooperativas de las que puedes hacerte socio por muy poco dinero, como las cooperativas de alimentación ecológica, y que ofrecen descuentos a la hora de comprar; y hay cooperativas de otros sectores, como las residencias de personas mayores, donde para hacerse socio ya se necesitan cantidades mayores, aunque ofrece un ahorro importante por el servicio”.
Miquel Ángel Oliva es director general de Abacus, una cooperativa de consumo que se define como “una comunidad ciudadana de socios y socias de consumo y de trabajo, que transformamos la experiencia del consumo cultural, educativo y de ocio”. Según Oliva, “lo que es cultura y educación, intentamos tocarlo todo. La cooperativa se fundó en 1968 gracias un grupo de padres, madres, maestros y maestras que decidieron organizarse en formato de cooperativas de consumidores para adquirir productos para sus hijos y para las escuelas a mejor precio y de una mayor calidad”.
Oliva explicaba también el sentido de participar en este tipo de cooperativas y la evolución que han tenido: “La esencia del cooperativismo de consumo desde el siglo XVIII hasta hoy se basa en la compra conjunta por parte de las personas para obtener un mejor precio o mejores condiciones o productos de mayor calidad. Eso poco a poco ha ido evolucionando a lo largo de los años y hoy nos encontramos con que el cooperativismo de consumo vuelve a florecer de forma bastante importante, y no solo en nuestro país, también en Nueva York, por ejemplo".
Cooperativas como Abacus participan en iniciativas para hacer las grandes ciudades más sostenibles, para lograr acuerdos de movilidad, reducir el impacto ambiental. En palabras de Oliva, “para transformar el mundo, primero hay que cambiar aquello que tienes más cerca: tus amigos, tus centros más próximos, y poco a poco vas ampliando. Por eso es importante estar en todos estos proyectos, que ayudan a poner un granito de arena para conseguir una sociedad que sea un poco más justa, un poco más culta y, en definitiva, más libre para tomar sus propias decisiones”.
¿Y por qué no hay más gente que esté apuntada a las cooperativas de consumo para todo tipo de compras, como en energía, por ejemplo? Martín, en nombre de Hispacoop, respondía: “Hay una parte de desconocimiento de la figura de las cooperativas de consumo, pero también porque estamos en una sociedad algo cómoda. Cuando nos apuntamos en una cooperativa de consumo es para participar en un proyecto. Mucha gente sigue pensando que es más cómodo ir, pagar un poco más y punto. La figura de la cooperativa de consumo tiene un valor en sí mismo que es la participación”.