Maruja Mallo

Madrid

Seguro que habéis oído hablar de Dalí, de Lorca, de Buñuel… No hemos tenido en España una cantera de artistas desde la generación del 27 pero… ¿Qué pasa que no había mujeres?

Haberlas las hubo. Las artistas de la generación del 27 se hacían llamar Las sinsombrero y entre ellas estaba la pintora Maruja Mallo. 

Mallo era transgresora y rebelde, una de las pocas mujeres que forman parte de la colección permanente del Museo Reina Sofía y un nombre imprescindible de la vanguardia nacional e internacional. Dalí la definió como "mitad ángel, mitad marisco".

Durante los años 20, Maruja Mallo organizó su primera exposición de la mano de Ortega y Gasset. ¡Fue un éxito! Y empezaron a reconocerla como la gran pintora que era.

Mallo llevaba el pelo corto, maquillaje y ropa extravagante e incluso se atrevió a quitarse el sombrero en la calle, un escándalo para una mujer en plena dictadura de Primo de Rivera.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Su cuadro Espantapájaros está considerado una de las grandes obras del surrealismo.

Parte de su obra está ligada a Alberti, con quien existió una actividad creativa y una conexión sentimental e intelectual importante. Fue ella quien le introdujo en el surrealismo.

Maruja mallo era afín al partido comunista y se exilió a Argentina durante los años de la Guerra Civil. Obtuvo mucho éxito con su trabajo pero cuando regresó a España nadie la recordaba.

Se propuso recuperar el reconocimiento, en 1982 recibe la medalla de oro de Bellas Artes y en 2018 protagoniza una pieza de Las chicas.