Vergüenza ajena
Madrid
El poder político junta, perderlo enfrenta a los que antes parecían sólidos compañeros de viaje. El repentino recuerdo al que recurre el aspirante a presidente del PP Pablo Casado para hablar de los defectos de su compañera Soraya Sáenz de Santamaría, que aspira a lo mismo, es uno de esos ejemplos de lo que sucede cuando alguien araña poder y de pronto se fija en los defectos de su contrincante. Así es en la política, como en todo lo que en la vida implica ansia de poder. La envidia, la inquina, todo lo que se guarda en lo malo del corazón aflora hasta producir vergüenza ajena.