No se me amontonen
No hay que precipitarse, que ya le llueven al presidente Pedro Sánchez las apremiantes peticiones del oyente. "Lo mío es prioritario", grita cada uno, esgrimiendo su razón
Cuestión de ritmo. Ni atropellos, no se me amontonen, ni dilaciones innecesarias. Rebajemos todos la tensión y demos un poco de margen a Pedro Sánchez, que entre otras obligaciones tuvo que atender ayer al presidente de Ucrania. Y lo hizo, pásmense, en un inglés fluido, porque resulta que por fin tenemos a un mandatario que habla algo más que el español y el por teléfono. Por lo pronto, ya hay ministro de Exteriores, sistema raro este de irnos anunciando los ministros de uno en uno, y el elegido, Josep Borrell, parece del género sólido, incluso diríamos que granítico. Alfonso Dastis se fue como llegó, ánima en pena. Se sabe que el nombramiento de Borrell no ha gustado a los independentistas, porque nunca ha ocultado su firmísima defensa de la Constitución en el tema catalán. Pero decíamos que no hay que precipitarse, que ya le llueven a Sánchez las apremiantes peticiones del oyente, lo mío es prioritario, grita cada uno, esgrimiendo su razón. Pero igual sucede con la caverna mediática, que en apenas 48 horas ya ha gastado todos los términos del Inventario general de insultos de Pancracio Celdrán. Zafios y soeces, mienten y tergiversan en su trabajada y sucia táctica de la crispación. Ahora, esa derecha vengativa que les azuza y mantiene quiere propinar un pellizco de monja al PNV con los Presupuestos. Además de retorcidos, patéticos.
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