Intocable y talismán

Madrid

Casemiro es uno de esos jugadores que por desconocido, te sorprende. Una charla de media hora con él te permite comprobar lo que ya sabías de oídas: es una buena persona. Así le definieron sus compañeros desde el primer día, algo que el club valora mucho.

Su papel secundario en el terreno de juego refleja la personalidad tranquila de un intocable para Zidane. Resulta imposible olvidar el partidazo que hizo en Dortmund a las órdenes de Ancelotti cuando al Madrid se le escapaban un billete a semifinales que tenía sellado. Su rol invisible se fue a paseo cuando enganchó el remate perfecto para batir a Buffon en Cardiff. Hablamos de páginas muy doradas en la historia del Real Madrid, y todas llevan su firma.

Llegó al Castilla con la etiqueta de enchufado y en dos partidos se ganó al vestuario. "Este es bueno de verdad", decían sus compañeros y el cuerpo técnico tras verle en acción. Dice que le aburre hablar de Neymar aunque todos sabemos que será clave para que Ney se pase todo el mundial hablando del Madrid en la concentración de Brasil.

"Quien no es del Madrid va contra el Madrid por su historia", le dijo a Manu Carreño en El Larguero. Esa historia no sería tan grande sin las apariciones puntuales de este pivote defensivo que empezó de portero, quiso ser delantero y acabó triunfando en la medular como pocos lo habían hecho antes en el Bernabéu. No marcó el gol de Ramos en Lisboa ni el penalti de Cristiano en Milán, pero si no fuera por Casemiro, el Madrid no tendría doce Copas de Europa. Como suena.