Estos son esos canallas
Mal empezó este asunto de La Manada desde el mismo momento en que los medios de comunicación taparon la cara de estos individuos, para que no pudiéramos reconocer a los salvajes
Mal empezó este asunto de La Manada desde el mismo momento en que los medios de comunicación taparon la cara de estos individuos, para que no pudiéramos reconocer a los salvajes que se abalanzaron sobre una joven madrileña de 18 años en un portal de Pamplona la aciaga noche del 7 de julio de 2016. No puedo ofrecerles su foto, evidentemente, pero sí sus nombres completos, para que los anoten en el libro de los malditos, en esa lista de canallas que todos hemos ido rellenando a lo largo de nuestras vidas. Los cinco integrantes de la manada –rebaño o conjunto de animales- tienen entre 25 y 30 años. Anoten con tinta indeleble: José Ángel Prenda, apodado Joselito el Gordo. Condenado a dos años de cárcel por un delito de robo cometido en 2009; Ángel Boza Florido. Antecedentes por conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol; Jesús Escudero Domínguez. Peluquero de profesión, trabajaba en Triana, en un negocio de su familia; Alfonso Jesús Cabezuelo. Soldado profesional. Condenado a dos años de cárcel en 2015 por un delito de lesiones. Y cerramos con el quinto, Antonio Manuel Guerrero Escudero, Guardia civil en prácticas, que fue padre mientras estuvo en prisión. ¿Falta algo? Claro: el nombre de los jueces. Escriban: José Francisco Cobo, Raquel Fernandino y, la gran estrella, Ricardo Javier González. No los olviden nunca.
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