Mejor quietecitos, por favor

Nos quejábamos hasta ayer de la paralización de la izquierda, agarrotada, pasmada, entumecida, pero a partir de hoy vamos a quejarnos de que se mueven demasiado. Porque cuando arrancan lo hacen mal, a destiempo, como un burro en una tienda de cristalería fina. Anda todo el mundo muy nervioso en la Comunidad de Madrid, porque esto de tener de presidenta a un cadáver solo nos puede traer disgustos. El PSOE se tropieza consigo mismo, y así va a llegar, dando tumbos, hasta no se sabe cuándo, que si Carmena sí o Carmena, no, globo que le ha explotado en los morros a quién lo haya hinchado. Aunque lo mejor, cómo no, ha sido lo de los pimpollos de Podemos, que por ahí han dejado escrito –demasiados incontinentes- que Carolina Bescansa y tutti cuanti se quieren cargar a Pablo Iglesias, con Íñigo Errejón en mitad de la juerga, víctima o verdugo en la movida. Cómo son estos chicos que provienen de aquellas oscuridades que todos conocemos, tan aficionados a la daga por la espalda. Es verdad que ya no usan dazibaos o la vietnamita, ahora se decantan por las redes sociales, pero poco han cambiado, que para qué queremos enemigos externos si nos sobramos con nosotros mismos. Justo ahora, cuando velamos las cenizas presidenciales, nos sacamos los ojos entre nosotros. ¡Qué bien lo hacemos todo y qué listos somos!