Asensio, una mente privilegiada
Destaca una madurez impropia de su edad. Uno de los jóvenes con más talento y llamado a dominar la próxima década
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Asensio, en su presentación como jugador del Real Madrid(EFE)
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Madrid
Pocas veces un futbolista llega a ser en realidad lo que se intuía en potencia cuando era niño. La historia está plagada de ejemplos de niños que sobresalen por encima del resto y cuyo futuro parece predestinado a ser una estrella pero se marchitan en el camino. Solo unos pocos elegidos destilan tanta calidad que son una apuesta segura y Marco Asensio es uno de ellos.
Desde pequeño ya llamó la atención en el equipo de fútbol sala de Son Ferrer. La pelota era más grande que él pero la dominaba como nadie y desde el principio cautivó a todos sus entrenadores y compañeros. El paso al campo de fútbol no hizo más que ampliar el escaparate en el que exhibir unas cualidades impropias y que le llevaron a la cantera del Mallorca con tan solo once años y tras un traspaso de sesenta mil euros en edad alevín, una fortuna que el club realizó porque era una apuesta segura pese a la debilidad de sus rodillas de pequeño que le obligaban a abandonar los partidos cojeando.
Nadie dudaba del destino final de Marco, brillante dentro del campo y con una madurez impropia de su edad en un vestuario. Los grandes clubes españoles y europeos toparon con su negativa a irse de su isla y abandonar a su familia antes de hora y eligió crecer cerca de los suyos. No hace falta irse a una gran cantera para ser mejor cuando uno tiene unas condiciones innatas tan sobresalientes. Siempre fue avanzado a su edad. Comenzó jugando con infantiles pese a ser alevín y pasó prácticamente del juvenil al primer equipo del Mallorca para debutar en la Segunda División con la mayoría de edad. Su evolución era imparable y sus horas en Mallorca estaban contadas. Vergonzoso y tímido en el vestuario hasta el punto de sonrojarse al regatear a futbolistas veteranos como Martí pero con una madurez y una calidad que aventuraban lo que es y lo que será a corto plazo.
Con su fichaje por el Real Madrid encontró el escaparate que requería un futbolista de su nivel, una galaxia en la que brillar. Se adaptó a jugar en el Madrid con la misma facilidad que en cualquiera de los equipos anteriores. Con 22 años, el futuro es suyo y es uno de los jugadores que será referencia mundial en la próxima década. Lo tiene todo: calidad, madurez y mucha cabeza, la combinación del éxito. A eso se le une la ambición. Insaciable. Quiere jugarlo todo. Y ganar.