Felicidades
Madrid
Buenas tardes y felicidades, José Antonio, para ti y para tanto José o Pepe, para los numerosos padres que te oyen y para los muchos que son padres y Pepes. Tuve un amigo extraordinario, Pepe Toledo, cirujano generoso, que curaba recitando a Unamuno o a Miguel Hernández. En este día de fuegos falleros y de padres inolvidables siempre me viene él a la memoria, con su barba patriarcal, su bella estampa de padre y de abuelo, y, cómo no, me viene mi padre y me vienen el silencio y el regocijo con el que veía pasar la vida cuando las cosas no iban tan mal.