Ciudadano admirable
Madrid
Quini, Enrique Castro, murió anoche en Gijón, donde más quería. El fútbol no fue solo su modo de comunicarse con los otros. Su bondad inteligente, su manera de ser en el campo y en la calle fueron sus otros talentos, más allá de los enormes talentos que desplegó con los pies, en el Sporting, en el Barça, en la selección. Sufrió con dignidad y respondió con nobleza los ataques ruines de la bandolería nacional, y salió de ahí reforzado como ser humano. Quini es un ciudadano admirable que está en nuestro corazón y en nuestra memoria.