Rendir pleitesía

Las instituciones democráticas no se rinden pleitesía unas a las otras, así que la alcaldía de Barcelona no podía rendir pleitesía al Jefe del Estado en su visita a Barcelona. Es más, en España no se obliga a rendir pleitesía a nadie, en ese sentido de sumisión o de obsequiosa expresión de sometimiento. Es muy improbable que a alguna de las personas que acudieron ayer a la recepción de bienvenida al rey Felipe VI a Barcelona se le haya pasado por la cabeza la idea de que estaban participando en algo más que en un simple acto de cortesía. Así que la alcaldesa, Ada Colau, debía haber explicado mejor su ausencia en ese acto. No es que se negara a asistir porque no quería rendir pleitesía, como dijo, sino porque quería demostrar su desacuerdo político con el discurso del rey del pasado mes de octubre sobre lo ocurrido en Cataluña y para intentar colocar al gobierno en una situación embarazosa. Eso se comprende mucho mejor que la bobada de la pleitesía. Es una toma de posición política, propia de la señora Colau y de su partido y en ese sentido se puede defender, aunque no como respuesta institucional de la alcaldía. En fin, una de las cosas más molestas del debate político en Cataluña es que algunos de sus protagonistas utilizan las palabras quitándoles o cambiándoles su sentido, hasta el extremo de que a veces resulta difícil seguirles el razonamiento. La propia alcaldesa, Ada Colau, se tiene que haber sentido desconcertada con el tuit lanzado por el expresidente Puigdemont en el sentido de que el rey será bienvenido “cuando le pida perdón a la República de Cataluña”. La señora Colau ha dicho ya en distintas ocasiones que no es consciente de que exista ninguna república catalana, ni con sede en Barcelona, ni con sede en Bruselas.