Piqué y su guerra con el Espanyol
El central culé escribió ayer un capítulo más mandando callar a la grada de Cornellá tras su gol en el derbi
"Piqué y su guerra con el Espanyol"
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Madrid
Pues afortunadamente ya no tendremos más Espanyol-Barça ni Barça-Espanyol hasta la temporada que viene y la verdad es que les va a sentar fenomenal a todos un descanso porque todos se han equivocado en esta historia.
Empezando por supuesto por ese grupo de aficionados que se dedica a insultar, tanto en el Camp Nou como en Cornellá cuando llega el Barça y se ceban con Piqué. Ellos son, no lo olvidemos, los principales culpables y a los que sobre todo habría que investigar, denunciar y castigar. Pero además de ellos también está el Espanyol, al que se le llena la boca pidiendo que se investigué y que se denuncien las declaraciones de Piqué o de Busquets pero debería ser más contundente con esos aficionados que cada vez que el Espanyol pisa Cornellá se dedican a insultar, a ellos también debería acusarlos.
Y por supuesto está Gerard Piqué, al que en un momento dado, sin justificarlo, se le puede llegar a entender que ayer cuando marcara en pleno partido tuviera ese gesto de mandar callar a la afición, después de haber escuchado tantos improperios. Eso se puede llegar a entender en un momento de calentón pero que después del partido en frío, siga insistiendo en que el Espanyol es un club de Cornellá y que está desarraigado porque sus propietarios ahora son chinos y tiene varios directivos chinos no tiene ni pies ni cabeza.
Habría que recordarle a Piqué, por cierto, que el fundador del Barça fue Joan Gamper, un suizo y habría que recordale a Piqué que un jugador no se puede poner nunca a la altura de unos aficionados energúmenos que se dedican a insultar. Y es que a Piqué sólo hay una cosa que le sienta peor que la grada de Cornellá y es tener un micrófono delante.