El espectáculo continúa
El Constitucional ha tenido que marcar el camino en la crisis catalana ante la evidente falta de dirección política del Gobierno, que actúa improvisando y desorientado, delegando su responsabilidad ante los tribunales aún a costa de forzar las costuras
Nadie sabe qué va a pasar exactamente esta semana en el Parlament de Cataluña. Porque depende de alguien que declaró una República y sin avisar ni a sus socios, se fue a Bruselas. Y que sigue presentándose allí como presidente de esa República ¿Volverá para someterse a la investidura como presidente de una Comunidad Autónoma? Muy pocos lo saben.
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Lo que sí sabemos es que el Tribunal Constitucional ha ordenado la hoja de ruta de aquí a mañana en su discutida resolución de este fin de semana.
El Tribunal no admitió a trámite el recurso preventivo del gobierno contra la sesión de investidura, por lo que la convocatoria de la sesión sigue en pie. Pero si Puigdemont quiere presentarse tiene que hacerlo físicamente tras pedir permiso a la Justicia, de cuya jurisdicción huyó camino de centro europa.
Ante la estrategia de la tensión y las trampas ....el tribunal de garantías le marca el camino para hacerlo. A él y al presidente del Parlament. En manos de los independentistas está la decisión de cuánto tiempo pretenden tener bloqueada su Comunidad.
Y ha tenido que ser el Tribunal de garantías quien lo haga, sometido a un enorme estrés, ante la evidente falta de dirección política que padecemos en un momento tan delicado. Este ultimo envite demuestra que el gobierno central se ve sorprendido permanentemente, actúa improvisando, a la defensiva… delegando en los tribunales toda la responsabilidad, aún a costa de forzar las costuras y sin más estrategia política que intentar que Ciudadanos no le coma más terreno.
Mañana sigue convocado el Pleno en el Parlament. Al menos dos de los consejeros huidos con Puigdemont a Bruselas han renunciado esta noche al acta de diputado para que corra la lista y los separatistas tengan garantizada la mayoría absoluta. Algunas fuentes le dicen a la SER que el Supremo no es proclive a conceder el permiso a Puigdemont si viene y lo solicita. Habría que ver, si ocurre, con qué argumentos porque existe el precedente jurídico de un etarra al que sí se autorizó acudir al parlamento de Vitoria.
Desgraciadamente, el espectáculo continúa.