Quiérete, mímate, sedúcete, excítate, mastúrbate

Madrid

Corríjanme si me equivoco, pero me da la sensación de que cada vez que hablamos de sexo presuponemos que hay más de una persona metida en el tema. Reconozco que incluso en este programa, a menudo se nos olvida, que la mejor sexualidad empieza por nosotros solos. Planteémonos todos los logros posibles a partir de esta ecuación. Y apuntemos en ese papel de intenciones, las que tengamos solo para nuestra propia satisfacción.

Hagan que cada uno de los que alcancen su cama lleguen a ella porque ustedes desearon que estuvieran. Dejemos el egoísmo a una distancia prudencial y olvidémonos de esa generosidad sin límites que acostumbra a pasarnos factura. Hablemos de qué queremos de nuestra vida, de nuestras compañías y del sexo. Expliquémonos por qué lo deseamos, sepamos cómo podemos conseguirlo y planteémonos cuánto vamos a disfrutar. Nadie como tú conoce cada centímetro de su cuerpo, cada pliegue de tu carne. Las comparaciones son odiosas cuando cualquier amante de turno pretende sorprenderte y tú te manejas a solas a la perfección. Haz que cuando meta la cabeza entre tus piernas tenga claro que con eso solo no vale. Con todas las posibilidades que ofrecen tus huecos, tus agujeros, tus escondites perfectos para ser penetrados. Vuelve a hacer de una simple comida todo un banquete de sacudidas conforme dejes que te repasen con la lengua y te penetren con lo que haga falta. Dile que te bese por todos sitios, dile que haga todo eso que imaginaste cuando te lo hiciste tú. Perfecciona la técnica si no estás a solas, tu vida es infinitamente más sofisticada con tus propios parámetros.

Quiérete, mímate, sedúcete, excítate, mastúrbate.

¿Qué te vamos a proponer este año, mi amor, ahora que te has empeñado en quererte tanto?