Salir de la perplejidad

Algunos coletazos del 21-D, que hay mucha tela que cortar. Curioso el discurso del Rey, que aquel Júpiter tronante ha pasado a ser un padre severo, sí, pero sin los cañones de Navarone. Dicen las grandes lumbreras de la derecha que lo importante es que ha ganado Ciudadanos y, sobre todo, que ahora ya saben los independentistas lo que les puede ocurrir si reinician el proceso: artículo 155 y a la cárcel. Es verdad. Solo que olvidan que a los independentistas les ha pasado otra cosa más: que han logrado los escaños suficientes para gobernar mientras los constitucionalistas se quedaban allá atrás. Situación de triunfo y derrota tan extraña la que vivimos que hasta Arrimadas, ganadora de las elecciones, renuncia de entrada a la posibilidad de formar gobierno. Ni intentarlo. ¿Para qué quería ganar entonces, si no tienen, ella y su jefe de filas, un proyecto aglutinador para el futuro de Cataluña? ¿Si pensaban solo en los dos millones de votos constitucionalistas, qué pretendían hacer con los dos millones de votos independentistas? Así estamos, que una parte de la sociedad catalana no sabe cómo convivir con la otra. El horror de una sociedad dividida. Pero en mitad del caos judicial y carcelario, también importa, y mucho, saber qué harán Rajoy y su vice, de error en error hasta la derrota final. Cuando salgan de la perplejidad, claro.