Apuntes del 21D

Tengo varias impresiones de las elecciones catalanas. El partido que nació para combatir el independentismo -Ciudadanos- es el partido más votado de una comunidad con mayoría independentista.

La única decisión de Mariano Rajoy celebrada por izquierda y derecha, la aplicación del 155 y la convocatoria de elecciones, la decisión de Rajoy que le ha dado más popularidad dentro y fuera de su partido, le ha metido él en la peor crisis de la legislatura y al PP en un grupo mixto con la CUP. A punto de convertirse en una fuerza extraparlamentaria en el territorio políticamente hablando más importante del Estado español. Qué simbólica además la desconexión del partido que está gobernando en Madrid, esté prácticamente desaparecido en Cataluña. 

Y Puigdemont, más paradojas. El candidato que intentó aplazar su promesa electoral dos veces, la de la DUI, y huyó a Bélgica tras declararla para huir de sus responsabilidades, ha sido más votado que el candidato que le obligó a declararla y se quedó para asumir la responsabilidad judicial de la decisión y ser encarcelado, donde está actualmente. 

Y otra derrota a la que no se está prestando atención, metidos como estamos en el debate nacionalista. Los dos partidos más votados de Cataluña, el país de la última revolución de las libertades y de la opresión, son dos partidos de derechas. Es verdad que se han difuminado los ejes izquierda/derecha, pero se ha votado derecha prácticamente por defecto. Y buena parte de la subida inesperada de Puigdemont, no tiene tanto que ver creo yo con el independentismo sino con que hay un votante de la antigua Convergencia que, puestos a independizarse, prefiere hacerlo por la derecha. Habría que pedir responsabilidades a los partidos independentistas de izquierda, que han priorizado el debate de la independencia sobre el de los derechos sociales.