Truco o trato
Sinceramente, estamos a un paso del chiste. Lástima que el asunto que nos ocupa sea tan serio, tan grave y en algunos aspectos tan triste
Madrid
Tengo la sensación de que alguien ha tocado a rebato para que la caldera que hace sólo 72 horas parecía a punto de explotar en Catalunya baje de temperatura. O eso, o tal vez es que poquito a poco se va imponiendo algo de cordura.
La opinión (30/10/2017) - 'Truco o trato'
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La presidenta del Parlamento catalán ha acatado la disolución de la cámara; el relevo al frente de los Mossos d’esquadra se está realizando sin problemas; los integrantes del gobierno destituido, los ex consellers –más allá de adonde viajen y de algún tuit anecdótico– tampoco están planteando ningún lío; parece prácticamente confirmado que el 21 de diciembre todos los actores políticos se verán las caras en las urnas. Y además la calle –al menos de momento y tras la gigantesca manifestación de ayer en Barcelona– también está tranquila.
Cadena SER / Cadena SER
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Así que tenemos una, dos, tres, cuatro, cinco cosas para perfilar un panorama donde –insisto– parecería haberse instalado la consigna de una cierta distensión. Pero eso es sólo en el terreno estrictamente político, porque la maquinaria judicial sigue activada y así lo confirman las querellas anunciadas hoy mismo por la fiscalía contra Puigdemont y sus ex consellers; son querellas por delitos muy graves, con penas muy altas, a tono con el desafío planteado por los ya ex gobernantes catalanes.
Nos encontramos, por tanto, en esa incómoda coincidencia del tiempo político y el judicial; impecable sobre el papel, porque un Estado de Derecho consagra la separación de poderes, pero muy molesto –en ocasiones– para resolver problemas. Eso está así y yo no tengo ni idea de cuál puede ser la solución porque aquí el “truco o trato” de Halloween creo que no sirve. Pero si encima se confirma que Puigdemont y cinco ex consellers van a pedir asilo en Bélgica para huir de la justicia española el tamaño del despropósito me parece ya descomunal.
Sinceramente, estamos a un paso del chiste. Lástima que el asunto que nos ocupa –y en el que entre unos y otros nos han metido– sea tan serio, tan grave y en algunos aspectos tan triste.
