La solución está en su mano

Madrid

Aquí estamos, una semana más, asomados al precipicio, una semana más pensando que esta es la definitiva, la importante. Ya sabemos en que consiste el famoso artículo 155 de la Constitución, el viernes lo aprobará el Senado y estará listo para su aplicación, modulada, como han confirmado hoy diferentes miembros del gobierno, en función de la respuesta del gobierno catalán.

Y en la semana decisiva nos encontramos ahora enzarzados en un lío de calendarios. Carles Puigdemont quiere comparecer en el Senado antes de la aprobación del 155, pero quiere también convocar un pleno en el Parlament, precisamente para analizar este 155. El Senado le da dos fechas a Puigdemont, pero coincidirían con su pleno. Y así estamos este lunes. Digo yo que si uno quiere ir y los otros le quieren escuchar no estaría de más adaptar los calendarios para que esto fuera posible. A ver si por culpa de unos y otros se pierde una oportunidad para hablarse.

Porque sobre Catalunya planea el 155, a punto de aterrizar. Y planea sobre todos los catalanes, los independentistas y los que no lo son. Todos verán recortado su autogobierno, todos sufrirán sus efectos. La carrera sin freno del gobierno independentista acaba arrastrando a todos los catalanes, porque todos y cada uno vivirán en primera persona los efectos del artículo y la forma como el gobierno de Rajoy se vea obligado a aplicarlo. Puigdemont ha llevado a los catalanes, insisto a todos, al borde del abismo, y Puigdemont es el único que puede impedir la caída.

La solución está en su mano, se la reclaman, incluso, algunos que hasta ahora le arropaban en la carrera suicida. Elecciones, urnas, lo que los independentistas han calificado tantas veces, como el máximo exponente de la democracia. Es la única salida, el resto sería un suicidio.