¿Memoria a espasmos?

Madrid

La comisión de Justicia del Senado ha analizado hoy la situación de los restos que yacen en el Valle de los Caídos. Y no es que nos parezca mal, es que no hay nada que analizar. El monumento apila decenas de miles de cuerpos en un pésimo estado de conservación, de los que al menos 12.000 ya nunca podrán ser identificados. A esa verdad, reiterada hoy a sus señorías, se añade el incumplimiento de la sentencia que obligó al Estado, hace dos años, a exhumar los restos de los hermanos Lapeña. El forense Francisco Ferrándiz ha sido claro: no hacen falta más leyes ni más expertos, hay que entrar y exhumar.

Pero nuestra memoria funciona a espasmos. Duerme el sueño de los justos el informe encargado por el gobierno Zapatero hace ya seis años para que el Valle de los Caídos deje de glorificar la memoria del dictador y se convierta en un monumento a la memoria. Y pesa como una losa la vergüenza planetaria que supone que España sea el segundo país con mayor número de desaparecidos detrás de Camboya. Se nos llena la boca con el cumplimiento de la ley y con la dignificación de las víctimas, pero parece que las leyes y esas víctimas de la Guerra Civil son de segunda.