Todos merecen nuestro homenaje

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, debe dar respuesta hoy antes de las 10 de la mañana al requerimiento que le envío el Consejo de Ministros para que aclare si alguna autoridad ha proclamado la independencia de Cataluña, al margen de que se encuentre en vigor o no. La pregunta parecería surrealista si no fuera porque es consecuencia de una declaración formulada por el propio president ante el Parlamento catalán en unos términos tan extraños que no fue posible aclarar su sentido. Quizá Puigdemont se empeñe hoy en mantener la ambigüedad, y pretenda que sea el Gobierno central quien la intérprete. Ojalá la reacción sea templada. Nada de lo que sucedió ayer alienta sin embargo la esperanza. El dirigente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, pidió firmeza y astucia, lo que no parece un gran consejo a estas alturas, porque astucia significa muchas más veces habilidad para el engaño que sagacidad, aunque las dos posibilidades son válidas según el diccionario. Puigdemont por su parte aseguró que la democracia tiene que inspirar las decisiones. Si así fuera se abriría una puerta a la negociación, porque según las leyes aprobadas por el Parlament, el único que podría proclamar la independencia es la propia cámara, y es evidente que no lo ha hecho. Puigdemont hablaba en la conmemoración del fusilamiento de Lluis Companys. Quizá sea el momento de recordar que la Gestapo entregó a Companys junto con otros muchos políticos republicanos. El que fuera presidente de la Generalitat fue fusilado el 15 de octubre de 1940 en Barcelona. El 9 de noviembre fueron fusilados en Madrid, junto con otros 14 hombres, dos periodistas socialistas: Julian Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido ,uno nacido en Bilbao y otro en Jaén. Todos ellos merecen nuestro homenaje