¿Qué va a pasar?

Madrid

¿Qué va a pasar? Esta es la pregunta en boca de todo el mundo. A mí me lo preguntan por mi doble condición de periodista y catalana, me lo preguntan en Madrid, me lo preguntan en Barcelona, me lo preguntaron la semana pasada en Córdoba, en Sevilla, ¿qué va a pasar? Como si los que manejamos la información, manejáramos las respuestas.

Nadie sabe lo que va a pasar, porque es imposible predecir un final cuando nada en el cámino responde a la lógica o a los parámetros que conocíamos hasta ahora. Los independentistas se han saltado las leyes y siguen pisando el acelerador, siguen asegurando que se va a celebrar el referéndum, aunque saben que lo del domingo puede llamarse de mil maneras menos referéndum, ellos repiten el mantra hasta el agotamiento. Los mismos argumentos, las mismas falsedades, siguen sin tener respuesta a preguntas básicas, como la que ayer le formulábamos al conseller de salud Toni Comín, ¿quién va a validar los resultados si no existe la sindicatura electoral?. Ya veremos, fue su respuesta. Respuesta que se repite a cada pregunta que pone a los convocantes ante sus propias contradicciones.

Por el otro lado el gobierno que hasta hace cinco minutos pensaba que los independentistas iban a pisar el freno, que no llegarían hasta donde han llegado y que no tenían ningún plan más allá de judicializar un problema político. Ni siquiera han tenido la habilidad de intentar seducir a los que estaban a medio camino de todo, al contrario les han empujado hacia el otro lado con su inacción, con sus palabras y con las últimas operaciones judiciales en Barcelona.

La sinrazón de unos, la torpeza e incapacidad de otros y en medio la gente, como siempre, inmersa en un debate que ya no admite matices. Por eso es imposible responder a la pregunta, ¿qué va a pasar? Me remito a lo que dijo el otro día Andreu Buenafuente, si no lo saben ellos, como lo voy a saber yo, que me dedico a contar chistes. En mi caso me dedico a contar las cosas que pasan, aunque para ello, estos días, en alguna ocasión sea necesario ponerse el casco.