No solo de proceso viven los españoles

Barcelona

A veces, la mirada exterior, libre de los prejuicios familiares es iluminadora. Financial Times, que no es sospechoso de simpatía ni por el soberanismo ni por Podemos, le dice a Rajoy que el tiempo del sentido común (es decir, el suyo) pasará pronto. Que el esperpento de las fuerzas de Seguridad persiguiendo urnas y papeletas no es nada edificante. Y que un debate estéril sobre legitimidad y legalidad no resolverá el problema. Elemental racionalidad democrática de quién ni es parte ni tiene pasión en el envite.

Proliferación masiva de querellas, limitaciones a la libertad de expresión prohibiendo mítines, prohibición a Correos de repartir cartas cuestionando el derecho a la correspondencia. ¿Así pretende un gobierno ganarse un país? La humillación no da reconocimiento. Al revés, da alimento a los soberanistas. Largo será el camino hasta el 1 de Octubre. Y no será fácil mantener la cohesión del frente constitucionalista. “Estado de excepción”, proclama Pablo Iglesias.

¿Qué esperar el día 2 de Octubre? Que unos se den cuentan que no tienen fuerza suficiente para imponerse al Estado de modo unilateral y que los otros comprendan que este conflicto no se resuelve a palos. Dos conclusiones racionales a las que se podía haber llegado sin correr tantos riesgos.

Y permítanme un momento de distensión. Salgo del agobiante monotema, con un sorprendente dato que he conocido hoy. En España hay 35 familias que tienen un chimpancé en su casa y 10 que tienen un gorila. Me lo ha dicho un prestigioso investigador en primates preocupado por la dimensión que está tomando el tráfico ilegal de estos animales. No solo de proceso viven los españoles.