Frances McDormand, madre vengadora de wéstern

Venecia

El director de Escondidos en Brujas y Siete psicópatas, Martin McDonagh, ha captado bien el alma de la América más rancia. Violencia, rabia, venganza, racismo, homofobia y comunidades de vecinos tan opresivas que matan. Eso es lo que ofrece su última cinta, Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri, una mezcla de géneros que va desde la comedia negra, el drama o el wéstern, donde la venganza en un pequeño pueblo y el enfrentamiento entre una madre que ha perdido a su hija y un jefe de policía que no investiga la muerte de su hija. 

Frances McDormand, que ha recibido una sonora ovación en el Festival de Cine de Venecia, se posiciona como una de las favoritas, junto a Helen Mirren o Sally Hawkins, en ganar el León de Plata a la mejor actriz en este festival en que, de momento, hay mejores interpretaciones que películas redondas. El director destacaba la capacidad de la actriz para interpretar a mujeres reales, pertenecientes a la clase obrera, algo inusual, decía el realizador irlandés, en el cine actual. McDormand respondía cortante a la prensa sobre el racismo que hay en su país, en Estados Unidos. "¿No hay racismo en Italia? ¿En Europa? ¿En Rusia?".

Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri, además de tener el título más largo del certamen, cuenta con unos diálogos directos, ágiles y brillantes; pero un guion retorcido hacía el final que desemboca en una sangría amoral, con unos personajes que podrían explicar la victoria de Donald Trump, por su desesperación y por el racismo que emana en ese pueblo tranquilo de Misuri. Es la Comanchería de este año que, seguro, tendrá un buen camino hacía los Oscar.